México, su raza y su ciudad

Hay que ser una raza tesonuda, vivaracha, audaz y temeraria para decidir fundar la ciudad más grande encima de un lago, al lado de varios volcanes activos, en donde llueve a lo bruto y en zona sísmica, rodeado por culturas a los que les caes mal y nomás esperan cualquier pretexto para darte en la torre, sólo por que están enojados porque hiciste pozole a su princesa, la hija de su rey, la más guapa, la que todos los tamemes andaban queriendo para su petate, ¿ellos qué saben del honor, de tus avanzadas tradiciones, del favor que le estás haciendo a la doncella mandándola directito con los dioses para pedir lluvia?, así todos ganaban. ¿Qué iban a saber esos primitivos de Tlaxcala? Cualquier equivalente al Chicharito de aquel entonces hubiera matado por ganar en el juego de pelota y tener el honor de ser sacrificado. Una muerte por su sociedad.


Y ahí empezaba el inicio de la degradación de tu cultura, Azteca, llegaron los españoles y le hablaron bonito a los Tlaxcas, muchas Malintzin, porque solos ninguno de los extranjeros hubieran podido con tus egresados del Telpochcalli. Te doblegaron Cuauhtémoc ("joven abuelo, escúchame loarte, único héroe a la altura del arte, anacrónicamente, absurdamente a tu nopal inclinase el rosal...")  o eso creyeron porque tu tradición tesonuda, vivaracha, audaz y temeraria continúa, dejaste mensajes ocultos de tu politeísmo en las iglesias que te hicieron construir encima de tus templos, no te ibas a dejar, no te ibas a doblar, seguiste haciendo pozole. 



Y así pasó el tiempo reportándole a los de allá, se mezclaron, agarraste lo bueno de ellos, aprendiste, también  recibiste enfermedades que tus defensas no conocían, casi mueres, pero sobreviviste y te fortaleciste, ahora viajas a donde sea y no pasa nada, tienes el conocimiento de dos hemisferios en tus genes, no así cuando los lejanos vienen, de ellos el espíritu de Moctezuma de encarga y se presenta en forma de diarrea gandalla. Pasaron así 300 años aprendiendo, preparándote, en estado latente, te invadieron los gringos y te quitaron parte de tu territorio, te intentaron invadir los Fancesuchos (no confíes nunca en una cultura que para sorprenderse dice: oh la la!) fueron suaves como mantequilla y no lograron nada, seguiste aprendiendo y cuando te sentiste listo te independizaste, los corriste a todos, aprovechaste un momento difícil para ellos y atacaste, porque estos son tus volcanes, tus temblores y tus ríos, tus inundaciones, estas son tus minas, tus desgracias y tus mares, tu patria impecable y diamantina.
Tuviste 100 años de desarrollo, pero el poder corrompe y un señor barbón abusado ya no quería soltarte, un tal don Porfirio. 
Nunca has sido estable, eres temperamental, siempre cambias y tienes hijos muy duchos para la guerra. Dos de ellos, charros y valientes ayudaron a sacar al barbón del poder: Doroteo y Emiliano, un par de líderes excepcionales y estrategas militares que ya se hubieran echado un tiro con el chaparrito acomplejado francés, Napoleón.
Estos dos toscos brutos Mexicanos le dieron en la torre al ejército establecido con puro campesino, convenciéndolos quién sabe cómo de que los siguieran, pero lo bueno que eran pal trompo lo malo que eran todos para pensar y así después de tu revolución se armó un toma y daca por todos lados, Songo le dio a Borondongo y a Bernabé y a Muchilanga le hinchan los pies. Porque sigues siendo Azteca, tú sigues siendo salvaje. 
Luego vinieron los cristeros y nunca tuviste un periodo largo de tranquilidad y todo eso tus genes lo aprenden, tú sabes sobrevivir mejor que nadie porque aquí la vida no vale nada. 

Llegó un grupo al poder que se institucionalizó como el Partido Revolucionario, ellos fueron los que se mataban unos a otros por el poder (Songo y Borondongo) después de la revolución, y hasta la fecha. Son tiburones antiguos enfermos con una ética  torcida que te han mantenido nada más con lo suficiente. 

Tus genes primitivos, sobrevivientes, tesonudos, vivarachos y audaces siguen ahí, latentes, esperando a salir cuando sea necesario. No es un misterio porqué el Mexicano es bueno en los deportes de contacto (box, taekwondo), valentía (clavados) o de resistencia (caminata), no somos una raza dotada físicamente pero sí con muchas agallas.

Esos genes están ahí y salen a relucir cuando hay catástrofes. Acaba de temblar y el Azteca rifado y sufrido sale. Ese que está acostumbrado a vivir jodido y lo que más le gusta hacer es sobrevivir, ese bestia bueno que no sabe cómo pero lo hace. No podrías vivir en otro lado. Hay que estar aquí, al lado del país más bélico y racista del mundo, hay que estar aquí en donde tiembla, se inunda, cae ceniza, hay huracanes y un grupo corrupto se pelea con otro por las drogas. Porque si estuviéramos en otro lado ¿qué haríamos? ¿Tomar el té? Porque si otros estuvieran aquí ya se hubieran extinto. 

Hay que ser una raza tesonuda, vivaracha, audaz y temeraria. La genialidad es sonreír en la desgracia y hacer que algo difícil se vea fácil. Esto nadie lo hace mejor que Tú, Mexico.




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