El uno
Dicen por ahí que para obtener un hábito bueno o malo dicha actividad se tiene que realizar X veces de forma consecutiva, y a la X+1 uno tendrá ya como por arte de magia este hábito.
Intentaré entonces escribir por lo menos cada dos semanas hasta que este asunto se convierta en un hábito bueno (o malo si escribo para viborear y tirar caca).
Empiezo entonces a escribir y me doy cuenta de que no es tan fácil:
Paso 1: Genere una cuenta
Paso 2: Escriba
- Esteeeee… ¿ya?
- ¡YA!
- ¿Así nomás?
- ¡ESCRIBA AHORA!
- Chale… pus… ¡ora pues!
Es como tener una cámara de T.V. enfrente y darse cuenta que las babosadas que uno va a decir las puede ver (leer) cualquiera. Entonces la lengua se traba, sudan las manos y se termina diciendo algo completamente distinto de lo que se pensaba decir.
He decidido de todos modos correr este riesgo, lo había tenido en la mente desde hace mucho tiempo, pero el último empujoncito me lo dio ayer mi madre cuando me contó que su padre, mi abuelo, se dedicó toda su vida a escribir un gran libro, una obra que contenía los mejores secretos, trucos y mañas de un bohemio, profesor de maristas, pintor de retablos en iglesias, escultor, chef de señoras copetonas: recetas de cocina tipo “como agua para chocolate”, técnicas de pintura, anécdotas, historias y cualquier cosa que considerara importante heredar a sus hijas. Sería su única herencia, una gran masa empapelada de conocimiento. El documento estaba prácticamente terminado y listo para ser heredado en una emotiva ceremonia a la mayor de las hijas de su segundo matrimonio (que es mi madre), sin embargo el destino le jugó sucio y un buen día le robaron el libro y, como con la gran biblioteca de Alejandría, todo ese conocimiento se perdió. Lloró y lloró el interesantísimo personaje hasta desaparecer en la historia y sólo quedar en la mente de sus hijas (hasta que Alz las alcance) .
Después de esto pensé que si no aprovecho estas maravillas de la modernidad sería un asno. ¿Qué hubiera dado el antiguo abuelo por tener una Laptop con Internet y una impresora?
Trascender es más fácil ahora.
Intentaré entonces escribir por lo menos cada dos semanas hasta que este asunto se convierta en un hábito bueno (o malo si escribo para viborear y tirar caca).
Empiezo entonces a escribir y me doy cuenta de que no es tan fácil:
Paso 1: Genere una cuenta
Paso 2: Escriba
- Esteeeee… ¿ya?
- ¡YA!
- ¿Así nomás?
- ¡ESCRIBA AHORA!
- Chale… pus… ¡ora pues!
Es como tener una cámara de T.V. enfrente y darse cuenta que las babosadas que uno va a decir las puede ver (leer) cualquiera. Entonces la lengua se traba, sudan las manos y se termina diciendo algo completamente distinto de lo que se pensaba decir.
He decidido de todos modos correr este riesgo, lo había tenido en la mente desde hace mucho tiempo, pero el último empujoncito me lo dio ayer mi madre cuando me contó que su padre, mi abuelo, se dedicó toda su vida a escribir un gran libro, una obra que contenía los mejores secretos, trucos y mañas de un bohemio, profesor de maristas, pintor de retablos en iglesias, escultor, chef de señoras copetonas: recetas de cocina tipo “como agua para chocolate”, técnicas de pintura, anécdotas, historias y cualquier cosa que considerara importante heredar a sus hijas. Sería su única herencia, una gran masa empapelada de conocimiento. El documento estaba prácticamente terminado y listo para ser heredado en una emotiva ceremonia a la mayor de las hijas de su segundo matrimonio (que es mi madre), sin embargo el destino le jugó sucio y un buen día le robaron el libro y, como con la gran biblioteca de Alejandría, todo ese conocimiento se perdió. Lloró y lloró el interesantísimo personaje hasta desaparecer en la historia y sólo quedar en la mente de sus hijas (hasta que Alz las alcance) .
Después de esto pensé que si no aprovecho estas maravillas de la modernidad sería un asno. ¿Qué hubiera dado el antiguo abuelo por tener una Laptop con Internet y una impresora?
Trascender es más fácil ahora.
Comentario serio: Es más fácil trascender y por eso la trascendencia vale menos cada día. Es lástima lo del libro, casi para hacerlo parte de una leyenda, de un cuento, de una historia. A veces pienso en eso, en dejarle un legado de papel a mi descendencia, pero casi siempre me imagino que no les interesará leer lo que haya escrito.
ResponderEliminarNo tan en serio: Igual con modernidad y todo, puede valer gorro. Se quema un disco duro, se cae un servidor, y a todos nos lleva la... Es el destino.
Que bien que te animas a tener uno de estos... ahora te toco la mas dificil que es mantenerlo.. creeme...
ResponderEliminarmucha suerte...
ResponderEliminarPues te debo decir que cada vez es mas dificil, tienes que coincidir con muchas cosas, sobre todo, con una mente abierta y sin barreras, que regularmente en este pais y ritmo de vida tan agitado es muy complicado encontrar...
ResponderEliminarErick: creo que a la descendencia le encantaría leer lo que sus antiguos escribieron! ¿No te gustaría leer lo que pensaba tu jefe a los 18?
ResponderEliminarArmando: ahí le daremos. Y como chente, mientras sigan leyendo, yo sigo escribiendo.
Daniel: ¿Mente abierta y sin barreras? Ya coincidiste con Pau. De ahí luego parece que la mejor manera de trascender es tener un hijo y criarlo. Será fácil.
Estas trascendencias modernas que se caen de fugaces, no? Y sin embargo... ah pero necio.
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