La libertad y las relaciones públicas

Es viernes y son las 11:10 de la noche, según algunos compañeros del trabajo debería de estar en este momento con ellos, reforzando nuestros lazos de amistad, divirtiéndonos y tomando algunas copas juntos. Hoy fue la comida de navidad del área en la que trabajo, mercadotecnia, es curioso, pero siempre he tenido el mismo problema en los distintos círculos en los que me muevo, cuando digo “ya me voy” significa ya me voy, ya no quiero estar aquí prefiero… escribir mi blog, dormirme temprano, ver a mi novia, ayudarle a mi padre a dormir tranquilo no estando en la calle o simplemente porque ya considero que es apropiado que me retire por mi bien (no me gusta manejar tomado) o porque ya me dio flojera, me arrugo, engordo, o lo que sea.
Normalmente la gente ve esto como una ofensa, como que no soy un buen amigo y siempre tengo que poner mi cara de idiota cuando me dicen ¡no te vayas! Me sucede muy a menudo y cuando mantengo mi postura (ni 5 minutos más) resulta que acabo siendo un mamón, nerd, fresa que no sabe vivir la vida. ¿!?! (Entonces como diría Miranda, un gran escritor contemporáneo, “yo tampoco se vivir”)
Este es uno de esos temas que si platicara con algunos, me dirían: ¡Clámate! ¡Relájate! Y me darían el avión: si, si ajá tienes razón, ajá si si. Lo bueno es que el blog no repela.

Me he dado cuenta que esta reacción es algo muy cultural latino, nos gusta ir en bola, que alguien nos siga, “si vas tú, voy yo”, nuestra individualidad se funde con la colectividad y llega el momento en el que a veces ya no se distingue una de otra, y si una pieza se separa entonces parece que algo no está bien. Creo que tiene que ver también con la dificultad de decir un rotundo NO y el qué dirán.

Entiendo que cuando alguien insiste para que te quedes lo hace porque te estiman y les gustaría pasar más tiempo con uno, lo que en realidad me parece un halago. El problema es cuando se enojan si mantienes la negativa de quedarte y si sucede muy a menudo corres el riesgo de ser sacado del grupo “core” (los 4 o 5 teporochos elite más divertidos y jaladores) ¡Eso sí es un riesgo!

En fin, tengo la suerte de tener buenos grupos de amigos a los cuales estimo mucho y me preocupa que se ofendan por estas raras actitudes mías, debo aceptar que a veces soy huraño y radical pero no es nada personal, sucede que las borracheras y desveladas regulares en esta ciudad no son mi hobby favorito, me preocupa manejar en mal estado y la inseguridad de noche, además el no dormir me afecta mucho si al siguiente día me tengo que levantar temprano. La cosa cambia cuando estoy de viaje, en una ciudad más segura y sin tener que manejar. ¡Entonces sí! ¡Born to be wild!

Diálogo interno al terminar de escribir este post:
- Oye guey, a veces soy mamón sólo porque sí. Lo disfruto.
- Ya se, pero no lo escribas. Puedes salir afectado.
- Y luego también soy bien sarcástico.
- Tambor! Eres una lacra.
- Chale. Buenas noches.
- Buenas noches.