Los mercados mexicanos

Y algún iluso viendo el título creerá que voy a escribir de los mercados financieros... jaja ¿¡a dónde hemos llegado!?

El mercado de la colonia es un elemento importantísimo de la familia y cultura Rodríguez, igual que la de millones de familias. El mercado de la Postal, el Algarín, el Hidalgo, Coyoacán, Portales, la Álamos, etc. Todavía me acuerdo cuando acompañaba a mi papá a repartir (vender) el huevo que se producía en la granja Rodríguez a todos estos mercados, seguramente algún lector consumió alguna vez uno de los huevos de mis parientes, con todo respeto. Íbamos al mercado los domingos, los clientes conocían a mi papá y a la mayoría de sus 10 hermanos, tenían una historia y muchos les compraban sólo por ayudar a la familia porque para ese entonces ya Bachoco era bastante fuerte y normalmente más barato. Y bueno, estos paseos que para mí en ese entonces eran bastante aburridos ayudaron a formar, ver y apreciar una forma de vida muy tradicional, honesta y alegre, más como de pueblo en donde la gente conoce a la gente por su nombre, y también, por supuesto, con las pruebas que te van dando, vas aprendiendo a reconocer un buen queso chihuahua, cotija, fresco, chiapas, oaxaca, longaniza y en general cosas que los hijos de Superama de hoy pueden no llegar a probar o apreciar nunca en su vida. Productos que compiten con los mejores quesos franceses o embutidos españoles.
Las/los marchantes conocían entonces bien a mi familia, saludaban alegres, la de los jugos (gordita, siempre con un muy buen coche que me motivaba a ser juguero cuando fuera grande), Sonia, la carnicera con un peinado típico de los 60s y siempre muy maquillada, el de las frutas que me presentaba a sus hijas y siempre SIEMPRE me daba una fruta de regalo, lo que a mí me molestaba bastante porque sus hijas no estaban guapas y no iba yo a ceder por una ciruela; la tortillería y claro el puesto de juguetes siempre con inventario del perfecto arco de madera que se me rompía en una semana pero siempre era una adquisición necesaria.
A veces los marchantes se hicieron verdaderos amigos de algunos tíos y este fin de semana pasado me encontré con la foto de mi tío Pepe (difunto hace un año) y su grupo de Rock & Roll en uno de los puestos. Resulta que el dueño era el baterista, me presenté, compré un cuarto de queso "Zacatecas" (aunque es del Valle de Juárez Jalisco, pueblo de mi abuelo) que le surte otro tío, comentamos algunas anécdotas y listo. Excelente servicio que ya quisiera el "W".
Me he encomendado comprar lo que me sea posible ahí para apoyarlos, por nostalgia y por apoyo a una tradición y cultura que creo está bueno mantener.
Qué rápido pasa el tiempo.
Ya está mi choriqueso!
Adios!

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